Por Otilia Arellano Fonseca, sobreviviente de calle.
Corrección de estilo Malena López
Las familias en situación de calle son como un gran río que fluye con muchos arroyos en donde cada una se esfuerza día a día por sobrevivir. Es normal que se comporten un tanto hurañas con cualquier institución que se les acerque a ofrecerles ayuda, ya que en otras ocasiones lo han hecho y no lo han cumplido como ustedes ya lo saben y lo han visto.
Las familias de calle tienen demasiadas broncas: problemas de drogadicción, violencia intrafamiliar, antecedentes penales, problemas de vivienda, de salud moral y física, de educación, de documentos tales como acta de nacimiento, desempleo . . . etc. En el gran pueblo de la pobreza en el cual viven, es normal ver a los niños y niñas trabajar,
es normal verlos con sus tripas flacas,
es normal verlos enfermos y que mueran,
es normal verlos drogados y prostituyéndose,
es normal verlos golpeados, harapientos, con mirada triste.
Es normal, que los critiquen y que los etiqueten junto con sus padres . . .
Todo es TAN NORMAL porque provienen de padres que desde niños fueron hijos de la calle; arrancarle a la gran madre calle a estas familias no es fácil, no creemos que en 3 ó 4 años se logre ya que conociendo el problema, sabemos que es un proceso largo y por lo tanto es necesario que se construya un proyecto a largo plazo. Además es necesario que en cada cambio de administración se dé continuidad, se trabaje en conjunto, con HONESTIDA, sin que el trabajo se convierta en una competencia, porque esto más que ayudar se convierte en una incongruencia, en una “sacada de onda”.
Acerca de sus propuestas como la capacitación laboral, nos quedan algunas dudas ya que nos hemos preguntado, ¿qué onda con los que no saben leer?, ¿podrán tomar las capacitaciones?. Y ¿en qué nos van a capacitar?, ¿en lo que nos agrade o en lo que se nos imponga?
El problema de vivienda, dudamos que se resuelva pronto ya que las rentas son demasiado altas. Y qué onda con las adicciones, han pensado en los “morros”, pero en los adultos no.
Nos parece estupendo que se construya un proyecto para el rescate de familias en situación de calle y sabemos que lo hacen con toda su buena voluntad, porque la situación en la que viven estas familias es realmente preocupante, pero nunca vamos a permitir que nos corten nuestros derechos a participar y decidir en los asuntos públicos que nos conciernen o que nos den el papel de ciudadanos de segunda.
Nuestros derechos no se negocian, no son producto de intercambio, sino que son condiciones mínimas que la ley nos otorga para ejercer. La intensión de crear reglamentos tiene como finalidad construir una convivencia más armónica, no la de prohibir, cancelar, censurar y desconocer derechos, ya que esto propicia normas injustas que coartan las libertades ciudadanas.
El trabajo callejero NO es un delito, ni una falta administrativa, tampoco es de nuestro agrado. Si trabajamos en las calles es porque nuestra situación no nos lo permiten de otra forma, los sueldos tan bajos y la pobreza en la que vivimos nos ha arrojado del “modelo económico”.
Por eso nuestra principal propuesta es que se construyan foros de debate callejeros, en donde se les pueda escuchar a los principales actores: las familias de calle. Que sean ellos mismos los que ayuden a encontrar soluciones concretas en donde se cumplan y respeten sus derechos, para una convivencia más amable y respetuosa en esta ciudad.
Amigos Trabajando en los Cruceros conoce, vive y sufre las condiciones de vida de la calle. No hay nadie en el Estado que conozca los motivos por los cuales las familias se ven orilladas a solicitar la solidaridad de los habitantes de esta ciudad, por ello les proponemos amable y respetuosamente, EL FORO CALLEJERO.
Desde años atrás han intentado construir soluciones desde sus escritorios y es obvio que de es forma solo se ha perdido dinero y tiempo. Pero si honestamente el gobierno e instituciones privadas se interesan en resolver los problemas de la calle, nuestra propuesta siempre va a ser la misma y ésta es que escuchen a sus ciudadanos, a la gente que vivimos en situación de calle, ya que somos ciudadanos en desventaja económica, pero no por eso perdemos nuestra calidad de ciudadanos plenos, no somos tan ignorantes, entendemos la realidad de una manera distinta, y el que muchos no sepan leer, escribir o sean adictos, no quiere decir que desde nuestro corazón no podamos construir junto con el gobierno, soluciones favorables para todos.
Si nos reprimen, si nos quitan de la calle sin detenerse a escuchar lo que queremos, ningún proyecto va a ser exitoso, LA POBREZA NO SE BORRA, se combate con educación, comprensión, apoyo.
Escuchar es de sabios, ignorar es de insensibles.
